Naturaleza del lenguaje
En sentido amplio, lenguaje es la capacidad global del hombre para simbolizar la realidad, desarrollar el pensamiento y comunicarse a través de cualquier medio.. El lenguaje en sentido estricto es parte de una facultad general, pero se constituye en objeto plenamente delimitado, susceptible de ser estudiado a nivel científico por la lingüística. Se entiende por lenguaje, en sentido estricto, la facultad o capacidad de los hombres para adquirir (o aprender) una o varias lenguas naturales, en función de la aprehensión cognitiva de la realidad, el desarrollo del pensamiento, la socioafectividad, la acción y la comunicación sobre estos aspectos.La anterior concepción se sustenta en la idea de lengua (código lingüístico) la cual corresponde a un sistema de signos de especiales características (vocal, articulado... ), con reglas propias (gramática), que los hablantes-oyentes de una determinada comunidad conocen, aceptan y usan, en sus necesidades cotidianas.
Las características generales del lenguaje: Se desarrolla a nivel de conocimiento y de práctica, es decir, los dos niveles de lenguaje se desarrollan tanto en un plano individual, en la consideración de un hablante-oyente, como en el contexto social: así, el "saber una lengua" (por ejemplo, saber el español, el inglés...) es una capacidad propia de cada individuo, pero sustentado en una aceptación o consenso social.. En tanto que la práctica (el hablar la lengua) pertenece más a acciones individuales y concretas. Así las cosas, pareciera que el primero es más general, en cambio la segunda tendería a ser considerada como un hecho particular o individual. Hay consenso entre los lingüistas en cuanto a la diferenciación de estos niveles, como aspectos del lenguaje, pero difieren en los alcances conceptuales, el enfoque y aun en la terminología. Es sistemático y creativo, porque el carácter sistemático del lenguaje se deriva no sólo de la consideración saussureana de la lengua como un sistema de signos, sino de la organización del conocimiento de dicha lengua, el cual habilita al hablante oyente para emitir y comprender oraciones. Los sistemas pueden ser cerrados o abiertos, según se limite o se amplíe indefinidamente el número de elementos que lo componen. La creatividad, defendida por Descartes como la nota diferencial del hombre frente al animal, y por Humboldt y por Chomsky como lo esencial del lenguaje, se deriva del hecho indiscutible según el cual el hablante-oyente es capaz, a partir de los medios finitos que le da la lengua, de construir (producir o comprender) mensajes siempre nuevos. La creatividad se basa, por tanto, en la competencia lingüística, pero no es ajena a la misma sistematicidad, por cuanto exige una organización.
Se manifiesta primariamente como vocal, ya que el signo lingüístico está constituido por un significante y un significado; en las lenguas el significante es de tipo fónico, o sea materializado en la producción de una cadena sonora, principio sobre el que se ha venido a hacer hincapié a partir de la lingüística del siglo XX. De esta manera, la escritura se llegó a considerar como paralingüística o manera cultural de proyectar un uso de la lengua. Por la naturaleza vocal del significante, que se manifiesta en la emisión o percepción de una cadena de sonidos, conviene distinguir una propiedad adicional del lenguaje, señalada por Saussure: la linealidad del significante.
Se produce en cadenas articuladas, tradicionalmente se le ha asignado al lenguaje humano la característica de ser "articulado", pero no siempre se ha analizado por qué, es decir no se hace la reflexión necesaria sobre lo que se entiende por articulación. Articular (del lat.: 'artículus' = eslabón de cadena) equivale a unir, encadenar o relacionar en línea unas unidades con otras. Decir que el lenguaje es articulado, por tanto, corresponde a afirmar que se basa en la producción de signos, en cadena. Según los especialistas -particularmente el francés André Martinet- nos han dado a conocer la existencia de dos clases de unidades sígnicas, analizables en dos articulaciones: en la primera articulación se distinguen las unidades mínimas significativas (UMS), o sea aquellas que son portadoras de algún tipo de significado; en la segunda articulación, se analizan las unidades mínimas distintivas (UMD), o sea los elementos capaces de incidir significativamente en el primer tipo de unidades, de las cuales son parte.
Es arbitrario y convencional ,pues los signos del lenguaje nacen de un consenso tácito social. Si bien esta tesis viene de los griegos, se debe a Saussure el haberla sustentado más directamente: se trata de que la relación que une al significante con el significado no es racional o motivada, sino convencional. Los signos del lenguaje son arbitrarlos y convencionales, por cuanto reposan en una aceptación social previa: sin embargo, esta arbitrariedad es relativa, pues dichos signos poseen, en cierto grado, algún tipo de motivación. Cumple diversas funciones, además de la actividad comunicativa, es decir, el de servir de instrumento para la comunicación es una de sus funciones, pero en rigor no es la única, como tampoco es el único medio de comunicación, así éste sea el más complejo, cercano y natural, de los que emplean los hombres (Cfr. C.II). Sin embargo, existen algunas apreciaciones encontradas, como las de Roman Jacobson y Noam Chomsky. Así, Jacobson, considera al lenguaje como "instrumento de comunicación" y hace énfasis en que es su función "primaria" o "fundamental", ya que en ésta se apoya la esencia misma de la sociedad. Chomsky, por el contrario, piensa que "el manejo del lenguaje para la comunicación no es sino uno de sus usos" y ni siquiera corresponde a su "característica esencial". Más bien, afirma el maestro americano, el lenguaje es 'un medio destinado tanto a la creación como a la expresión del pensamiento en el sentido más amplio' (Chomsky, 1973).Aun más, no parece viable aislar dichas actividades del proceso comunicativo, pues cada una se sitúa en algunas de las relaciones que se establecen entre el mensaje, el emisor, el referente y el receptor.
Cambia con el tiempo por influjo de las fuerzas sociales ,este hecho, aparentemente contradictorio, que Saussure llamó la inmutabilidad y, a la vez, la mutabilidad del signo lingüístico, tiene su explicación en las siguientes consideraciones: La lengua es una herencia social, que se constituye en objeto cultural transmisible por la tradición. Como producto social las lenguas están sujetas a la contingencia del devenir histórico, y, por tanto cambian, por la acción de factores culturales y de acontecimientos de diversa índole: políticos, étnicos, religiosos, etc.
El cambio lingüístico, objeto de estudio de la lingüística histórica, es el paso de una lengua a otra, como en el caso de la evolución del latín al castellano, o al interior de la historia de una misma lengua.
Las características generales del lenguaje: Se desarrolla a nivel de conocimiento y de práctica, es decir, los dos niveles de lenguaje se desarrollan tanto en un plano individual, en la consideración de un hablante-oyente, como en el contexto social: así, el "saber una lengua" (por ejemplo, saber el español, el inglés...) es una capacidad propia de cada individuo, pero sustentado en una aceptación o consenso social.. En tanto que la práctica (el hablar la lengua) pertenece más a acciones individuales y concretas. Así las cosas, pareciera que el primero es más general, en cambio la segunda tendería a ser considerada como un hecho particular o individual. Hay consenso entre los lingüistas en cuanto a la diferenciación de estos niveles, como aspectos del lenguaje, pero difieren en los alcances conceptuales, el enfoque y aun en la terminología. Es sistemático y creativo, porque el carácter sistemático del lenguaje se deriva no sólo de la consideración saussureana de la lengua como un sistema de signos, sino de la organización del conocimiento de dicha lengua, el cual habilita al hablante oyente para emitir y comprender oraciones. Los sistemas pueden ser cerrados o abiertos, según se limite o se amplíe indefinidamente el número de elementos que lo componen. La creatividad, defendida por Descartes como la nota diferencial del hombre frente al animal, y por Humboldt y por Chomsky como lo esencial del lenguaje, se deriva del hecho indiscutible según el cual el hablante-oyente es capaz, a partir de los medios finitos que le da la lengua, de construir (producir o comprender) mensajes siempre nuevos. La creatividad se basa, por tanto, en la competencia lingüística, pero no es ajena a la misma sistematicidad, por cuanto exige una organización.
Se manifiesta primariamente como vocal, ya que el signo lingüístico está constituido por un significante y un significado; en las lenguas el significante es de tipo fónico, o sea materializado en la producción de una cadena sonora, principio sobre el que se ha venido a hacer hincapié a partir de la lingüística del siglo XX. De esta manera, la escritura se llegó a considerar como paralingüística o manera cultural de proyectar un uso de la lengua. Por la naturaleza vocal del significante, que se manifiesta en la emisión o percepción de una cadena de sonidos, conviene distinguir una propiedad adicional del lenguaje, señalada por Saussure: la linealidad del significante.
Se produce en cadenas articuladas, tradicionalmente se le ha asignado al lenguaje humano la característica de ser "articulado", pero no siempre se ha analizado por qué, es decir no se hace la reflexión necesaria sobre lo que se entiende por articulación. Articular (del lat.: 'artículus' = eslabón de cadena) equivale a unir, encadenar o relacionar en línea unas unidades con otras. Decir que el lenguaje es articulado, por tanto, corresponde a afirmar que se basa en la producción de signos, en cadena. Según los especialistas -particularmente el francés André Martinet- nos han dado a conocer la existencia de dos clases de unidades sígnicas, analizables en dos articulaciones: en la primera articulación se distinguen las unidades mínimas significativas (UMS), o sea aquellas que son portadoras de algún tipo de significado; en la segunda articulación, se analizan las unidades mínimas distintivas (UMD), o sea los elementos capaces de incidir significativamente en el primer tipo de unidades, de las cuales son parte.
Es arbitrario y convencional ,pues los signos del lenguaje nacen de un consenso tácito social. Si bien esta tesis viene de los griegos, se debe a Saussure el haberla sustentado más directamente: se trata de que la relación que une al significante con el significado no es racional o motivada, sino convencional. Los signos del lenguaje son arbitrarlos y convencionales, por cuanto reposan en una aceptación social previa: sin embargo, esta arbitrariedad es relativa, pues dichos signos poseen, en cierto grado, algún tipo de motivación. Cumple diversas funciones, además de la actividad comunicativa, es decir, el de servir de instrumento para la comunicación es una de sus funciones, pero en rigor no es la única, como tampoco es el único medio de comunicación, así éste sea el más complejo, cercano y natural, de los que emplean los hombres (Cfr. C.II). Sin embargo, existen algunas apreciaciones encontradas, como las de Roman Jacobson y Noam Chomsky. Así, Jacobson, considera al lenguaje como "instrumento de comunicación" y hace énfasis en que es su función "primaria" o "fundamental", ya que en ésta se apoya la esencia misma de la sociedad. Chomsky, por el contrario, piensa que "el manejo del lenguaje para la comunicación no es sino uno de sus usos" y ni siquiera corresponde a su "característica esencial". Más bien, afirma el maestro americano, el lenguaje es 'un medio destinado tanto a la creación como a la expresión del pensamiento en el sentido más amplio' (Chomsky, 1973).Aun más, no parece viable aislar dichas actividades del proceso comunicativo, pues cada una se sitúa en algunas de las relaciones que se establecen entre el mensaje, el emisor, el referente y el receptor.
Cambia con el tiempo por influjo de las fuerzas sociales ,este hecho, aparentemente contradictorio, que Saussure llamó la inmutabilidad y, a la vez, la mutabilidad del signo lingüístico, tiene su explicación en las siguientes consideraciones: La lengua es una herencia social, que se constituye en objeto cultural transmisible por la tradición. Como producto social las lenguas están sujetas a la contingencia del devenir histórico, y, por tanto cambian, por la acción de factores culturales y de acontecimientos de diversa índole: políticos, étnicos, religiosos, etc.
El cambio lingüístico, objeto de estudio de la lingüística histórica, es el paso de una lengua a otra, como en el caso de la evolución del latín al castellano, o al interior de la historia de una misma lengua.
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